Somos infelices porque creemos estar destinados a la felicidad. Nos olvidamos de que vivimos dentro de un cuerpo que día a día acelera su decadencia. Hemos borrado el hecho de que nacemos sin estar preparados para conducirnos de manera autónoma, como bien lo ha demostrado la ciencia de la ontogénesis. Hasta los gusanos nacen libres, nosotros tenemos que depender de una madre y sus odios negados;nuestra historia es una gran medida la historia de las trabas para lograr esa independencia, una tarea extenuante para los tres comprometidos: mi madre, mi padre y yo. Generalemnte la fórmula da muy malos resultados. Encima estamos obligados a soportar a los demás, y esa quizás sea nuestra peor condena.
¿Eres tan feliz como aparentas? Yo, por eso, no aparento nada. Me gustaria pensar que puestos de lado mis dolores neuróticos, tendria acceso a una felicidad común, rústica, elemental.
[by Malabares en taco aguja]
Comentarios